Los medios de comunicación, la literatura, el cine, la publicidad y hasta los libros de texto escolares legitiman la desigualdad mostrando a las mujeres únicamente como objetos sexuales, o como madres y amas de casa.
No me digas “mami”, no sos mi hijo.
No quiero ser princesa, quiero ser campeona.
Los estereotipos son violentos. No los reproduzcas.
DECILE NO A LA VIOLENCIA SIMBÓLICA.